Hoy he salido a hacer unas compras a la tarde (más que nada porque me he levantado a las 16:30 jajaja) y pasando por delante de una mercería me he fijado en que una dependienta estaba colocando en el escaparate la típica foto de una señorita de muy buen ver (¡aing omá que rika!) luciendo un bonito conjunto de lencería fina. Al mirar al interior de la tienda he visto solamente a un grupo de señoras mayores mirando las típicas “bragafajas” color carne, mostrándolas a lo alto, mirándolas a la luz, como en esa escena de ‘El Rey León’.
Viendo esta dantesca escena me han venido a la cabeza muchas de esas situaciones que te llevas un chasco cuando en primera instancia te venden por los ojos algo y, cuando lo compras, maldices a quien realizó la campaña publicitaria del producto en cuestión.
Y es que la publicidad, y más en estos días, saca lo mejor de un producto a veces con técnicas que dejan en bragas a los efectos especiales de muchas películas. Por ejemplo, ¿sabéis cómo se consigue una cerveza de portada? Pues nada más y nada menos que ASÍ. ¿Es para flipar o no? Otro ejemplo, las hamburguesas del tablón de menús AQUÍ. Además me consta (no recuerdo la fuente pero era un blog de publicidad) que para hacer la fotografía de los helados, como estos se derriten con los focos y demás, los sustituyen con puré de patatas con colorante. Gracias a Espectador30 podemos ver el vídeo AQUÍ.
En fin, que hay que tener cuidado con lo que se compra, y más en estas fechas que se empiezan con los regalos de navidades… que una cosa es lo que nos venden por la tele y otra muy distinta lo que en realidad se compra.
Actualización:
Gracias también a Espectador30, además del vídeo del helado de puré de patatas, podemos ver otro ejemplo de publicidad engañosa, las chicas de los anuncios, que no es oro todo lo que reluce jajaja.
