Todas son iguales

Sí, parece dura la frase, pero es verdad. Y he conocido a varias como para saber de qué hablo. Y no, este no es un post con “jijis jajas”, estoy un poco cabreado.

Llevo ya mucho con la actual, antes hubo otras con las que terminé a malas, varios años, y hasta ahora estaba contento, pensaba que sería para siempre, pero últimamente no me está poniendo las cosas nada fáciles, todo son problemas y la culpa nunca es suya.

Insisto, toda son iguales. A ti te prometen el oro y el moro y lo único que te piden, en principio, es que les seas fiel, pero luego te quieren cambiar, así, sin más, en su propio beneficio, sin darte nada a cambio, ni un mísero detalle.

Es que es eso, ni un solo detalle en un montón de años. Pero claro, tú ahí, a gastarte bien de pelas, que te dejas un pastón, y en fechas señaladas ni te cuento pero… ¿qué te dan ellas a ti? Naaada.

Bueno, no es siempre así, a la mínima que tontees con irte con otra enseguida vienen los regalitos y las pijadas… que de eso te terminas aprovechando, porque por lo demás… Porque desde que estoy aquí en Barcelona he visto que hay para gustos los colores, como se podría decir…

Y es gracioso porque, imaginemos que estás a gusto con una, que no quieres para nada pensar en otra… son las demás las que te agobian… que ya les puedes decir que te dejen en paz, pero como quien dice misa a las ovejas.

En fin, que así son las operadoras telefónicas… que en cuanto cumpla la permanencia me cambio.

¡¡¡Y no me llaméis más a las tantas de la mañana!!!