¡Es que yo soy DIOS! (pero no se lo digas a nadie)

Hoy (oficialmente pasaban de las 0 horas, luego ha sido hoy) he llegado al pueblo, de escapada, casi sin avisar. Es bueno de vez en cuando encontrarse con los amigos de forma inesperada jeje.

Para quien no lo sepa (no se si se imparte en secundaria…) Estella solamente tiene una discoteca, el Trovador. Estuve trabajando allí durante muuucho tiempo como guardarropa, chico de sala, DJ, portero, taquillero, camarero… vamos, que menos de jefe, creo que he hecho de todo (si, de todo jajaja). Por esto, y por otras cosas, mantengo mucha amistad con el personal de la misma, y sigo entrando gratis jajajaja.

En la entrada, cuando me han visto el portero (¡¡¡ese Aser!!!) me ha saludado eusivamente como es habitual en él. Un cliente que estaba en la puerta se ha quedado como diciendo “¿quien co**nes es este?”. Y esto me ha recordado una situación que paso, no hace mucho, también en la misma disco.

En otro finde de escapada me tropecé allí con una de mis primas (¡jelou guapa!) y algunos de sus amigos, veinteañeros, a quienes conozco prácticamente en su totalidad. El caso es que había un chico nuevo, que al parecer había empezado no mucho a salir con ellos. Como llevaba tiempo sin dejarme ver, evidentemente, pasé a ser el centro de atención (¡y mira que no me gusta nada eh!).

Tras unos minutos hablando, el chico nuevo a quien al parecer había robado protagonismo se me acerca y me dice “¿quieres que el DJ te ponga alguna canción? Es que…” – gustándose a sí mismo – “… como lo conozco… pues si le pido una canción me la pone…”.

¡Oooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooh! Chaval…. ¡no sabes con quién estás hablando! Pobrecico, luego me daba pena… pero en ese instante, se me puso la sonrisa pícara, me salieron los colmillos y sol té un “¿Ah siiii? ¡Qué guay! A ver si te pudiera poner la de ‘David Guetta con Akon, la de Sexy Bitch’”. El pobre incauto se dirigió a la cabina todo decidido, la pidió, recibió el correspondiente “luego, luego” del DJ (¡que pasa Toni!) y volvió con aires de grandeza diciendo “… que ahora me la pone…”. Tras tres canciones sonó y al muchacho se le hinchó el pecho tanto que pensaba que iba a salir flotando jajajaja.

En ese momento dije “¡Que guay! Voy a probar yo…” y me dirigí a la cabina, cubata en mano.

  • Yo – Toni, ¿me dejas pinchar un rato?
  • Toni – Genial, porque además tenía ganas de ir a hacer pipí (bueno, sus palabras textuales fueron “tengo unas ganas de la ostia de echar un meo, y de paso me la veo”, pero vamos a ser finos).
  • Yo – Vale, píllame tabaco a la que vuelves.
  • Toni – Tienes aquí, debajo del plato derecho.
  • Yo - Genial...

Claro… no hace falta decir que el pobre muchacho estaba con la mandíbula desencajada, mirando incrédulo la situación, tratando de explicarse cómo cojones había conseguido subir a la cabina y ser yo el que estuviese poniendo la música.

Ahí mi prima se dio cuenta de la situación y le explicó que yo antes había sido el DJ y que, evidentemente, estaba “bien relacionado” en el lugar.

Todo esto viene a que a veces, sin querer, lo único que pretendemos es quedar bien y presumir de lo que en ocasiones no tenemos, y esto nos puede hacer quedar muuuy mal. Así que ya lo sabéis, sed humildes, nunca se sabe con quien tratas. Y si has de tratar de presumir, ya hablaremos un día de estos de "cómo adecentar las cosas poniendo nombres rimbombantes".