El gym, ríete tú de Guantánamo...

Ayer fui al gimnasio, no por primera vez (ya llevo un mes apuntado), pero sí que era la primera vez que el preparador físico me daba caña. Hasta ahora había ido en plan “esta máquina funciona así… aquí la piscina… aquí los culitos en pompa de las chicas que hacen spinning” y poco más.

No es que esté como un alfeñique ni como un tonel, midiendo 1,86 con 85 kilos… bueno, tengo un pelín de tripita y tal, así que más que nada es por tema de salud y por contrarrestar mi trabajo sedentario con mis comilonas (soy del norte… me pierde un buen chuletón jeje).

Pero creo que el preparador físico no se ha enterado muy bien de eso o ha confundido mi ficha con la del tío que se quiere preparar para ganar el “IronMan” el año que viene (y no, no es el de Marvel), porque la paliza que me metió fue de campeonato.

“Bueno, primero calentar, nada, suavecito, media hora de cinta a 6 km/hora con un desnivel del 10%... y no corras, anda deprisa… a ver en cuanto están las pulsaciones cuando vuelva…” ¿Pulsaciones? ¡Si hubiese querido le enseñaba el corazón porque se me salía por la boca!

Bueno, una vez ya sudando como un cerdo a la parrilla, me soltó que “me iba a poner a prueba” para ver “mi tolerancia al sufrimiento”… lo que me llevó a pensar que era seguidor de la serie “Fama”.

Máquina para trabajar la parte superior del tronco y los brazos, máquina para trabajar glúteos y riñones, media bola para trabajar no sé qué parte del cuerpo haciendo equilibrio a la vez que levantas pesas, flexiones sobre la dichosa media bola, abdominales no se qué que no te tienes que levantar porque resulta que levantando las piernas dobladas y empujando con las palmas de las manos en los muslos es más que suficiente (doy fe) y máquina vibratoria como si estuviese haciendo esquí acuático que en la vida se me había ocurrido que nada en este mundo vibrase más que mi lavadora.

Dos horas de sufrimiento por el que he pagado. Debo de ser masoquista o algo…

Hoy tengo tantas agujetas que creo que, si tengo que ir a atender a algún usuario de forma presencial, voy a ir agarrándome a las puertas y eso y propulsándome con algún palo pero sin levantarme de mi queridísima silla con rueditas, porque no puedo ni andar. Eso sí, ¡a subir a comer creo que no me va a ganar nadie!

¡Queda inaugurada esta sección!