Hoy leo en la prensa que los perros de Isabel II (“Isabel
palito palito” como me gusta decir) siguen una dieta basada en alimentos y
remedios homeopáticos. También leo en la prensa (mismo periódico) que en
Pamplona se ha evitado una “quedada” para pegarse de 200 jóvenes de la
localidad. Y por último, y en el mismo medio, leo que Vodafone (mi compañía telefónica)
podría subir sus tarifas la semana que viene. En fin, que por mi se podría ir
el planeta a la mierda.
Vamos a ver, y empiezo por el último punto. Resulta que
donde vivo prácticamente no tengo cobertura de ningún operador, tengo que salir
de casa para poder tener una conversación medianamente decente con mi
interlocutor. He probado todos los operadores (y aquí hablo de operadores
reales, no virtuales que revenden con su marca… por si alguien le da por
preguntar “¿has probado con MasMóvil y todos esos?”) pero ninguno cubre el 100%
del territorio nacional (claro, ahí se escudan, en que tú estás en el % de los
que no, estés donde estés, aunque tu vecino de enfrente de la calle sí y tú
no). Si ahora pretenden cobrarme más pues me tendré que ir, total, ya no tengo
puntos porque el sistema de puntos se acabó…
En cuanto a los perros de la “palito palito”, simplemente
comentar que manda narices que a los pobres chuchos les den algo ni
medianamente relacionado con la homeopatía, más que nada porque todo el mundo
sabe que la homeopatía mal entendida es peligrosa, y aquí en España hay mucho
descerebrado que se tomará el tema en plan “pues los míos no van a ser menos
que los de esta señora, por muy reina que sea”, y termine medio matando de
hambre a sus pobres perros que no tienen la culpa de nada, más allá de tener la
mala suerte de tener un dueño imbécil.
Lo que nos lleva al segundo punto, la quedada en Pamplona
para “darse de leches”.
Vamos a ver, agentes de policía local, nacional, foral, civil
(la guardia), o quien haya detenido esta quedad. Vale que Sanfermines atrae
muchísima gente y con eso se consiguen los presupuestos del resto del año pero,
¿no habéis tenido en cuenta las enormes ganancias que esto podría haber
generado para la región?
En primer lugar, las horas de entretenimiento gratuito que
se genera. Admitámoslo, en Pamplona no se organizan demasiados espectáculos llamativos
gratuitos más allá de los citados Sanfermines, así que algo que entretenga y no
cueste un duro, ya es de por sí digno de estudio.
Seguramente alguien dirá que un espectáculo violento nunca
ha de ser permitido. Ok, pues que eliminen cualquier deporte de contacto,
califiquen “+18” los partidos de futbol y que prohíban los Pokemon, porque
violentos son un rato… Lo que se podría
hacer por los infantes es mostrarles a qué llegarán si no estudian y si no
cultivan su capacidad de pensar con libertad y de forma correcta. Además, nos
libraríamos de más de un parásito social, porque quien queda “para pegarse” así
como así, sinceramente, no creo que esté cursando una carrera de medicina para
apuntarse a Médicos sin Fronteras, biología para unirse a Greenpeace, o
periodismo para entrar en Tele5. Y más de uno ha pensado esto, no lo neguéis.
Lo malo es que no es tan buena idea dejar que se pequen y se maten como podría
parecer.
Lo malo, eso sí, que todos tendríamos que acarrear con los
gastos sanitarios de los que sobreviviesen, incluyendo las pensiones de por
vida de quien quedase minusválido en la reyerta, y también con los desperfectos
que ocasionasen en mobiliario urbano. Además de verse afectada la tranquilidad
de los vecinos, porque no creo que una disputa tan monumental como la que se
preparaba fuese silenciosa que digamos.
Por eso me he alegrado de que impidiesen la batalla campal,
y es que para estas cosas se ha de estar preparado.
Y eso es lo que pido, que se esté preparado para esta clase
de acontecimientos, pero no con represión policial (que también supone un
gasto), sino con unos formularios de renuncia a los derechos como ciudadano
español en materias de sanidad y un “peleodómetro”, un lugar donde se puedan
dar de leches todo lo que quieran, pero sin molestar.
Es decir, un descampado, acotado, si pudiera ser con doble
vallado, siendo el interno electrificado, alejado de zona residencial, en cuya
entrada se dispensen formularios tipo “yo, fulanito de tal, con DNI nº *********-X,
en pleno uso de mis facultades mentales, aunque no sean muchas, declaro saber
dónde me meto, que me puede caer la del pulpo y puedo salir perjudicado, pero
para precisamente no cargar con el muerto a la sociedad, desisto de solicitar
cuidados médicos gratuitos como me correspondería por ser español o extranjero
con permiso de residencia y trabajo en España, corriendo yo con todos los
gastos derivados de mi cura y posteriores posibles tratamientos.”. Se podría
traducir al “ni-ni” y al “cani”, junto con solicitudes de donación de órganos,
para que los rubricasen o firmasen con el dedo a modo de huella dactilar. Es más, hasta se podría cobrar entrada y recaudar dinero para las arcas municipales, ¿no?
¿No creéis que sea buena idea?